27 ene 2011

La ruta

Uno de los aspectos de la expedición que más nos preocupa es el de la ruta a seguir. Normalmente hago el viaje a La Plata en tren. Me gustan los trenes. Prefiero ser usuario del ferrocarril que del autobús o de la autopista. Por razones que aquí enumero rápidamente:

ecológicas: tanto las vías como la autopista crean una barrera natural sobre el terreno, como un río, pero las vías son más fáciles de cruzar, menos violentas sobre el paisaje. Los trenes también contaminan menos que la gran cantidad de vehículos que circula por la autopista.

energéticas: no sé exactamente cuánta energía por persona transportada se gasta en el tren o en la autopista, pero el sentido común indica que es mucho menos en el primero que en la segunda.

sociales: no lo hago muy a menudo, pero en el tren se puede hablar con otra gente. He hablado con gente de todo tipo:
Una enfermera que quiere viajar a Europa
Vendedores ambulantes
Albañiles
Una abuela con opiniones políticas (de izquierda)
Un jardinero
Estudiantes
Y más

comerciales: me encantan los cantos de los vendedores ambulantes. Por pura onda he comprado, por ejemplo:
Un pajarito que se llena con agua y es un silbato
Una máquina de coser de mano
Un encendedor gigante con linterna

poéticas: la vista desde el tren es distinta que desde la autopista. Es más antiguo y la naturaleza ha tenido más tiempo para adaptarse a esa franja cortada en el paisaje. La humanidad también. Se vive junto a las vías. Se entiende la vida de otra manera, vista desde el tren, como algo menos aislado del medio, menos lejano.

Por eso, en la Expedición, hemos decidido seguir la vía del ferrocarril y no la autopista o el Camino Centenario. Pero no está siempre clara esa ruta para una caravana de bicicletas cargadas. No siempre hay un camino junto a la vía que podamos seguir. No siempre hay un puente por el que podamos cruzar los arroyos que encontraremos en el camino. Hay algunas zonas difíciles que será mejor rodear: villas, asentamientos precarios. Hay un parque natural que atravesar. Y todavía no sabemos qué más.

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