4 mar 2011

M/D

Monstruos y demonios/
el libro rodante y el primer viaje en bici siguiendo la línea trazada por las vías (hasta kill-mes)


INICIO/ANDAR

Azucena y yo trepamos a nuestras bicis un domingo caluroso. A mediodía. En el cenit el sol asesino. Nos habíamos propuesto pedalear veinte kilómetros hasta llegar a Quilmes intentando seguir las vías del ferrocarril Roca, trazado que une las ciudades de Buenos Aires y La Plata. Zigzagueamos un poco las primeras cuadras, tangencialmente a la bicisenda de la calle Cevallos hasta toparnos con Av. Caseros. Ahí tomamos la calle Dr. Ramón Carrillo, bordeando los dos grandes hospitales neurosiquiátricos de la ciudad.

Las vías pasaron sobre nuestras cabezas y nos encontramos remontando Av. Vieytes. Debíamos escoger una de las cinco salidas que la ciudad tiene hacia el sur, hacia provincia, del otro lado del riachuelo. Dos cruces nos parecieron apropiados: el Puente Victorino de la Plaza, hacia el final de Av. Vélez Sarsfield (continuación de Entre Ríos y Callao); y el Puente Virrey Vieytes, que se encuentra a unos 300 metros del cruce ferroviario (y yo siempre conocí como Puentecito). Por aquí cruzamos hacia Avellaneda.

Nos detuvimos a relevar el cruce. Alguien desde un automóvil nos dijo que tengamos cuidado con nuestras cámaras. No le prestamos mucha atención.

INTERRUPTUS EXTENSO/

En el mockumental Trolljegeren, el mercenario cazador, harto de trabajar para el gobierno noruego, nos informa: los Trolls no se ven en las imágenes satelitales. Y evidentemente no es un problema de tamaño. ¿Qué es lo que los hace invisibles entonces? ¿Que nos ocultan las imágenes de Google Earth? ¿Es posible hiper-visibilizar el mundo sin que el Aleph comience a arder? Los monstruos y demonios híbridos suelen vivir apartados de los hombres. El Can Cerbero, guardando las puertas del inframundo para que los muertos no vengan de visita al reino de los vivos y su hermana Quimera, símbolo de las conexiones imposibles y la velocidad, monstruo condenado a nunca adoptar una figura o identidad definitiva. Estos prodigios del remix y el montaje no aparecen en las imágenes satelitales. Y rara vez aparezcan frente a la mirada de los hombres. Y es que ellos gustan habitar nuestros mapas mentales.

Expedicionarios, Tolderos, Curiosos, Diletantes! el safari está en vuestras cabezas! Allí habita Ybris, el resto es territorio para ser caminado. Des-medidamente. Es decir: territorio para ser des-montado en la caminata. Una expedición para desdibujar los mapas oficiales que regulan y nos informan del territorio. Les propongo entonces un paseo por Google maps siguiendo de cerca la ruta que trazamos en este primer pedaleo de reconocimiento. Está marcado en azul, desde Puentecito hasta la Universidad de Quilmes (que está en Bernal por cierto) y se propone como la primera parada para acampar. Un paseo satelital recordando que el mapa no es el territorio y preguntándonos que mapas nos interesaría dibujar en la era de Google Earth. Un paseo siguiendo los pasos de David Thoreau:

En el curso de mi vida me he encontrado sólo con una o dos personas que comprendiesen el arte de Caminar, esto es, de andar a pie; que tuvieran el don, por expresarlo así, de sauntering [deambular]: término de hermosa etimología, que proviene de “persona ociosa que vagaba en la Edad Media por el campo y pedía limosna so pretexto de encaminarse à la Sainte Terre”, a Tierra Santa; de tanto oírselo, los niños gritaban: “Va a Sainte Terre”: de ahí, saunterer, peregrino. Quienes en su caminar nunca se dirigen a Tierra Santa, como aparentan, serán, en efecto, meros holgazanes, simples vagos; pero los que se encaminan allá son saunterers en el buen sentido del término, el que yo le doy.— Hay, sin embargo, quienes suponen que la palabra procede de sans terre, sin tierra u hogar, lo que, en una interpretación positiva querría decir que no tiene un hogar concreto, pero se siente en casa en todas partes por igual.

La verdad es que hoy en día no somos, incluidos los caminantes, sino cruzados de corazón débil que acometen sin perseverancia empresas inacabables. Nuestras expediciones consisten sólo en dar una vuelta, y al atardecer volvemos otra vez al lugar familiar del que salimos, donde tenemos el corazón. La mitad del camino no es otra cosa que desandar lo andado. Tal vez tuviéramos que prolongar el más breve de los paseos, con imperecedero espíritu de aventura, para no volver nunca, dispuestos a que sólo regresasen a nuestros afligidos reinos, como reliquias, nuestros corazones embalsamados. Si te sientes dispuesto a abandonar padre y madre, hermano y hermana, esposa, hijo y amigos, y a no volver a verlos nunca; si has pagado tus deudas, hecho testamento, puesto en orden todos tus asuntos y eres un hombre libre; si es así, estás listo para una caminata.

SALIDA/PERDERSE

Hurgando en las carpetas del disco C de mi laptop fui a dar con estas notas que transcribo a continuación, unas anotaciones muy privadas que corresponden a la época en que intenté psicoanalizarme.

monstruos y demonios

¿a que redes son funcionales? ¿siguen operando? ¿de que forma? (mis demonios)

la guerra en tiempos de paz. sobre una idea de foucault

alguien debe acarrear los monstruos. artaud lo hizo. nietzche lo hizo.

estos malditos son funcionales a nuestra estructura social/politica/cultural. como los delincuentes a nuestra economia y moral burguesa.

pero mis monstruos, ¿a que son funcionales?

deconstruir los detalles perdidos en los espacios en blanco de las narraciones. no necesariamente un trabajo de reconstrucción del pasado, sino mas bien una deconstrucción de las partes ausentes en la narración.

si los monstruos siguen operando en alguna capa, abolir toda voluntad de contención y establecer mas bien un diálogo.

negociación interna. para ello des-sintetizar lo dado por obvio, destramar. conseguir herremientas para un diálogo fluido.

lugares de pertenencia.

paternidades artificiales.

relaciones sustitutas.












Releo estas notas y recuerdo una vez más un comentario que reiteradas veces me ha hecho un gran amigo: ¿por qué insisten en llamar patológicos a los comportamientos mitológicos? Escribir y publicar anotaciones íntimas y vicios privados es una suerte de revancha frente a los medios de comunicación que hemos desarrollado, habitándolos y habitándonos. Si la electricidad (Internet) dista de ser un medio de comunicación y es más bien una extensión de nuestro sistema nervioso central, esta red irremediablemente estará cargada de nuestras ausencias, interferencias y cortocircuitos. Una vez mas son los monstruos los que nos enseñan la supervivencia y la capacidad de readaptación (así es! aquí si encontrareis vuestro safari, habitando nuestra red neuronal inalámbrica). Un gran cerebro eléctrico mutante alimentado de múltiples esquizofrenias. Ese es hoy el lugar de nuestra vida privada. Y, a nuestro pesar, son estas pequeñas esquizofrenias las que aún nos mantienen con vida.

El amor no es para ti ni para mí. El amor es para la pérdida. El amor está entre los huecos de las notas, no está en la música; sino en la distancia entre un segundo y el latido de mi corazón.

¿Qué tiene que ver todo esto con la expedición? No estoy seguro aún. Salí a caminar. Horas. Días. Y ya no pude regresar.


DOS NOTAS/

El fragmento transcripto de D.Thoreau pertenece a su texto Caminar, de 1861.

La distancia entre un segundo y el latido de mi corazón, es el nombre de la primera muestra individual de Nicolás Bacal en la galería Sendrós.


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